Que buen trabajo!!!, se ve que quedaron realmente fuertes.
Cuando yo escriba el "requiem" para mi NIVA, o mis "20 años de desventuras en NIVA", le voy a dedicar un párrafo entero a los plásticos de los posabrazos.
Que dicho sea de paso, nunca fueron posabrazos sino los confortables asientos de mis hijos.
Mis hijos se llevan mas o menos tres años de diferencia entre ellos, cuando el mayor cedió a su hermana la sillita de retención, pasó inmediatamente a viajar sentadito en el posabrazos y agarrado de la manija esa que tiene contra el techo.
Lo mismo hizo la hermana, cuando abandonó la sillita ocupó el otro posabrazo y viajaba de la misma manera.
Cada uno se había apropiado de un posabrazo, el varón detrás mío, la nena detrás de la madre. Y si en alguna ocasíon uno se sentaba en el lugar del otro, el repoche era inmediato, "te sentaste en mi lugar!!!"
Por supuesto llegó un momento que por la edad y el peso los posabrazos colapsaron y tuvieron que empezar a viajar en el asiento.
Ahí los agujeros pasaron a ser "ductos" para envoltorios de caramelos, papeles higiénicos con mocos, monedas, bolitas, accesorios de alguna "barbie"...
Era apropiado que viajaran así?, seguramente no, pero nunca pasó nada felizmente y saben qué, el recuerdo de mis hijos viajando sentaditos ahí es uno de los más lindos que tengo de ellos con la NIVA.
Juerte ese abrazo!!!
P.D.: lo "mas pior" que nos pasó por no viajar como debían fue con el grande, se asomó entre los dos asientos para pedirle algo a la madre, yo freno medio de golpe y pasó expreso y aterrizó sobre las palancas de la baja y el bloqueo, pero ta', un sana sana en la panza y a otra cosa, es que las NIVAS tiene diferente forma de forjarle el carácter a sus propietarios

, de hacerlos resilentes, que viene del verbo latino "resilio", que significa rebotar, que fue justamente lo que hizo mi hijo
Pobrecito, las cosas que les hice pasar!!!