Hoy 1 de febrero, Francia entregará 3.000 metros cuadrados de su territorio a España. Pero dentro de seis meses, España devolverá voluntariamente el mismo territorio a Francia. Así ha ocurrido durante más de 350 años.
La ciudad española de Hondarribia y su vecina, Hendaya, con la extendida área urbana de Irún tienen una frontera natural que es el río Bidasoa, que desemboca en un estuario que divide a los dos países.
Historia
La frontera entre Francia y España no siempre fue pacífica, pero el 17 de noviembre de 1659, en la Isla de los Faisanes (sobre el río Bidasoa, en la frontera franco-española), para poner fin a un conflicto iniciado en 1635, durante la Guerra de los Treinta Años, se firmó el tratado de los Pirineos.
En ese momento, se intercambiaron territorios y se delimitó la nueva frontera entre ambos países. Y el trato fue sellado con una boda real, ya que el rey francés Luis XIV se casó con la hija del rey español Felipe IV.
Se trata de la Isla de los Faisanes, un territorio entre Francia y España que cambia de país cada 6 meses.
La isla se compartió entre los dos países, pasándose el control de uno a otro. Durante seis meses del año —del 1 de febrero al 31 de julio— está bajo dominio español, y durante los siguientes seis meses es francés.
Este tipo de soberanía conjunta se llama un condominio, y la isla de los Faisanes es uno de los más antiguos que existen y el mas pequeño del mundo.
Las mareas del río hacen que a veces se puede llegar a la isla a pie desde España. Así que además de cortar la hierba, la policía española se encarga de perseguir a quienes acampan ilegalmente.
La isla es diminuta, con poco más de 200 metros de largo y 40 de ancho. Muy de vez en cuando, se invita al público a visitarla en días de apertura especial, pero se cree que solo interesa a las personas mayores y que los jóvenes no saben nada de su importancia histórica.
La isla en sí no es una prioridad. Se está erosionando y ha perdido casi la mitad de su tamaño a lo largo de los siglos, a medida que la nieve derretida llega desde los Pirineos hacia el río. Pero ninguno de los dos países quiere gastar dinero reconstruyendo las defensas de la isla.
Dentro de seis meses, la isla fronteriza menos refutada del mundo volverá a cambiar de dueño.